Esto de levantarse pronto va de mal en
peor. Hoy la diana a tocado a las 5:00, para aprovechar las horas antes de que
el sol este alto.
Dormir en una tienda de campaña, con viento durante toda la noche, en una esterilla sobre la arena, esto si es pseudo-aventura.
Desayuno frugal, acorde con la cena y caminar de nuevo. Ver salir el sol entre
dunas y agua. Un espectáculo, si no fuera porque hoy esta mas nublado y solo
hemos visto aparecer claridad, pero espectáculo al fin a y al cabo. No hay mal que por bien no venga, esto ha
significado mucho menos calor a lo largo de la caminata.
En mitad de la etapa del dia el drama ha aparecido.
La famosa fascitis plantar de Rodri ha aparecido, añadiéndose al parte de lesiones, una pequeña
rozadura. Total que le costaba caminar y hemos relentecido mucho la marcha. Con
dramatismo propio ha cojeado y dejado de cojear dependiendo del viento y de las
características de la arena. En ningún caso penséis que dudo de la fascitis,
únicamente pongo en cuestión el dramatismo.
Un último baño hacia el final del camino
y unos metros mas adelante nos hacen llegar al ‘resort’ del día. El ‘resort’ es
un oasis en mitad de las dunas, literalmente, no oasis por el agua, que aquí
sobra, pero si por la presencia de mucha vegetación.
En este oasis una casa local hace las
labores de hotel, con habitación única llena de hamacas. Estamos aumentando la
calidad hotelera, pasamos de una tienda de campaña a una hamaca, todo upgrade. Comeremos gallina y vemos los cabritos que matarán para la cena. Mas 'back to the basics' imposible.
Comemos rancho de gallina, y caipirinha cargada,
ideal para probar la hamaca con una siesta.
Tarde de baño tranquilo a la espera del
atardecer. Atardecer en una duna y con caipirinhas de nuevo, puede existir algo
mejor?
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