domingo, 15 de noviembre de 2009

Domingo, 15 de Noviembre: El mundo es un pañuelo


Se acabó aquello de pensar que el mundo es muy grande para perderse. O eso, o la casualidad es el motor mas importante que mueve las cosas. Ayer justo después de embarcar, fui a la charla de introducción sobre medidas de seguridad del barco. Y allí estaba Hector con su pareja, Diana. El había sido anestesista en Bellvitge y habíamos coincidido antes. Increíble pero cierto. En la ciudad más austral del mundo, me embarco en un crucero que que va a llevar al punto mas austral de América del Sur, y me encuentro un conocido de Barcelona. Al final el que se siente solo es porque quiere.
A parte de ellos poca gente joven en el crucero. Un poco sensación de INSERSO, con un montón de americanos viejos y una pareja de gallegos gordos y cazurros como ceporros. La cosa promete porque incluso un día hay programado bingo. La cena ha estado realmente rica. Y luego al copeteo, que se note que hay barra libre. Ya anoche ha quedado claro cual va a ser la bebida oficial del crucero, el pisco-sour.
Dimos por acabada la noche hacia las 12 y esta mañana a las 6 todos arriba. Hemos viajado toda la noche y estábamos a punto de fondear en isla de Hornos, la isla mas austral del continente americano, el último lugar antes de la Antártida. El crucero esta muy bien montado y pensado para que desembarquen hasta los abuelos. Yo personalmente hubiera preferido un poco mas de aventura. Las zodiacs son con quilla y son muy estables, y se nota que el personal esta muy entrenado.
El desembarco en cabo de hornos ha sido espectacular. Para que os hagáis una idea es una isla pequeña con un peñasco alto donde hay un faro y una casa. En la casa vive un marino de la armada chilena durante todo el año, y tiene que estar destacado durante un año completo. El sitio es bonito, pero sobretodo es importante la sensación de decir que estas en un sitio tan especial. Un sitio único por las personas que han pasado por allí: Darwin, Fitz-Roy, Drake, los holandeses, todas las historias de exploraciones de la Antártida. Además el clima ha sido espectacular. Hemos tenido la buena (o mala porque yo hubiera preferido mas movimiento) suerte de tener mar plana, asi el desembarco ha sido muy facil. Pero cada 10 minutos cambiaba el tiempo: De nevada intensa a lucir el sol. En 1 h que hemos estado allí el tiempo ha cambiado mil veces. Espectacular la sensación de nevar sobre la cubierta y partir del cabo de Hornos. Me he sentido sobrecogido y abrumado por la historia marinera. Ahora ya no se si quiero montar un quirófano en lo alto de la montaña y vestirme de gore-tex o montarlo en un barco y operar en alta mar disfrazado de Capitán Stubin (Vacaciones en el mar).

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