miércoles, 4 de diciembre de 2013

Miercoles, 4 de Diciembre: Christchurch, the cono city


Último atracón de kilómetros. Hay que llegar como sea a Christchurch. Al final van a estar muy cerca de los 3.500 km en autocaravana. Que digo autocaravana, camión.
Llegamos a medio día a Christchurch,  y lo único que puedo decir es: Obras. Obras y solares por todas partes. De todo lo que pone en una de la guía no queda casi nada en pie. Vamos que lo de los terremotos no fue ninguna broma. Tengo la sensación como de catástrofe nuclear, ‘Christchurch, después del dia D’. Todo muy de peli de serie B. A mi me deja impresionado la capacidad de un terremoto de destruir lo construido por el hombre, a Luis ni fu ni fa.
No hay mal que por bien no venga, aparcar se puede aparcar en el centro sin ningún problema, y a todas horas. Todo son solares reconvertidos en apartamentos. Y en todas partes hay proyectos de levantar edificios semi-clónicos. Todos cubos de cristal con pilares. Y sobretodo esto sobresale el elemento icónico por excelencia de Christchurch: el cono. 50.000 desviaciones de tráficos y detours señalizados, y todos con mil conos. Viva el cono. Estoy convencido que el tío del alcalde tiene una fábrica de conos (O al menos así seria en España).
Por la noche cena de despedida, y como la cocina neo zelandesa no ha ido mucho mas allá de los fish and chips, y ya lo hemos mas que probado,  miramos las criticas del trip advisor, y acabamos en un griego muy bueno, con el primer Shiraz que me sorprende de Nueva Zelanda.
Por la noche decidimos explorar la movida gay de la ciudad del cono, y como podríamos esperar en un miércoles noche, somos nosotros y los conos. Mas que deprimente, dejaremos el ambiente para Sidney.

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