jueves, 5 de diciembre de 2013

Jueves 5 de Diciembre: El drama de las maletas


Que horror hacer la maleta, con lo cómodo que es dejarlo todo tirado. Recojo la ropa del último trekking y no es que huela a perro muerto, huele a perro muerto en un estercolero. Se quedara en una bolsa y espero no volver a abrirla hasta BCN. Luis tiene serios problemas en cerrar su maleta y todo se arregla haciendo un bestial trasvase a mi maleta. Se tiene que decir que encima llevamos alguna botella de vino de mas.
Durante el día, y visto que hay poco que hacer en la ciudad solar buscamos algo en lo que pasar un par de horas. A mi me apetecía subir a un teleférico para ver la ciudad desde las montañas de alrededor, pero Luis quiere playa.
Buscamos una playa cercana, pero nos hacen dar tantas vueltas que tardamos casi una hora. Es en la entrada del estuario. Aprovecho el tiempo de playa para escribir un poco.
Devolvemos la autocaravana en el aeropuerto. Nunca estuve tan tranquilo y tan feliz de haber firmado el seguro a todo riesgo. Nos despedimos de la casa camión y a facturar.
Como describiría el stress de facturar: Muy estresante. Air New Zealand en un acto de eficiencia a limitado casi todo el cheking a autocheking, con  2 monisimas azafatas que han de atender a mil personas. Intento hacer el auto-cheking y me envía a información por problemas de inmigración.
Me dicen que necesitamos visa para entrar y me cobran 30 NZ dollars por la gestión. Convencido que los europeos no necesitábamos visa re-leo la guía. Si que necesitamos, lo que pasa que es gratuita si se tramita por internet, como nosotros no hemos tramitado nada, Air New Zealand tiene el placer de cobrarnos 15 NZ por persona por una cosa que es gratis. Primer entre banco pasado, pagando (Aquí se paga por todo, de eso salgo convencido).
Facturamos y nos ponen un limite de 23kg por maleta. Dios!!! Nooo!!. La de Luis se pasa como 5 kg, y la mia va justa. Empezamos delante el juego de los trileros. Cambio pantalones de un lado para el otro, Abro la maleta de mano que llevo extra. El señor nos la repesa, no lo acepta. Al final, yo creo que por pesados, nos deja pasar mas o menos con dos maletas de 23kg y un equipaje de mano de mil kilos.
Adios Kiwi-land. Goodbye New Zealand

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