Todo el dia de hoy se ha visto eclipsado por el lujo del Ryokan, lujo asiatico del fino filipino.
Nos despertamos en Kyoto y nos pegamos un atracón de tren para ir a Takayama. Como 4 horitas buenas.
En Takayama hemos estado de tiendeo y viendo la parte histórica. Bonico pero bueno. Hay varias destilerías de sake, y como no, si hay alcohol, hay que probarlo. Además la madera de este pueblucho es famosa.
A media tarde entramos en el Ryokan. El Ryokan es una posada japonesa tradicional de lujo. Rodri y yo alucinamos de todas las mierdecitas que nos han empezado a dar, que si amenities de Shisheido, que si calcetines de dedo, etc.. Además nos podíamos disfrazar de japos. Me ha costado un milisegundo ponerme la Yukata, eso si, a los occidentales no nos queda bien. Y mas si empezamos a tener un poco de barriguita, la faja aun marca mas las mollas y como que no.
Disfrazados asi hemos ido a cenar. Hoy cena super especial, cena Kaiseki, es como un menú degustación de comida tradicional japonesa. Super bien. Además la cena incluía degustación de diferentes partes de ternera de Hida, la raza que hace competencia al buey de Kobe. Después de probar las dos de forma tan seguida me quedo con el Kobe, la de Hida tiene tanta grasa es muy tierna pero que no parece que comas ternera
Para finalizar la noche visita al onsen, unos baños termales del ryokan.
Al volver a la habitación, nos hemos encontrado que sobre el tatami han montado los futones. Esta noche toca dormir en el suelo, pero con el estomago contento
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