La noche ocurrió sin novedad, sobretodo porque hubo gin-tonics. Ya quedó claro que el gin-tonic es la bebida del safari, así que yo no voy a quejarme. Respecto a la noche, yo no me he enterado de nada, sobretodo contando que nos han levantado a las 5 de la mañana.
En una ronda nos presentamos todos, y Ohhh horror, hay una enfermera!!!. Dios que he hecho yo para que esas hordas me persigan hasta en Kenia.
Paseo en barquita para ver pájaros, unas águilas y algún hipopótamo, de los que se supone que pasearon ayer por el campamento. Horas pasadas y carretera y manta de nuevo.
Como ayer se enteraron que soy médico ya he empezado ha pasar consulta. El cocinero se había hecho una quemadura de segundo superficial/profunda y se lo estaba curando con miel y vaselina. Flipalo. Menos mal que la enfermerilla se ha traído la mitad de Can Ruti, y llevaba Silvederma.
Hoy hemos vivido la experiencia africana definitiva, comprar en un supermercado. Hemos contribuido a un fondo para comprar bebida, y hemos ido a un supermercado grande, el Corte Inglés de Nakuro, según nos han dicho. Pues menudo Corte Inglés. Comprando solo bebida y con la lista ya hecha hemos tardado 2 horas. Te tienen que traer la bebida, te traen lo que les apetece, te dicen que no hay tónicas, cuando hay 40 en el estante delante de ti. Vamos, una experiencia religiosa.
Después al Parque Nacional Lago Nakuro, famoso por la peli de Memorias de África. Un lago lleno de flamencos rosas, con un montón de otros bichos. Esto empieza a aparecer un zoológico.
El campamento de hoy es en pleno parque nacional. Letrinas que superan las anteriores con creces: Unos agujeros en el suelo en una casucha de madera. Algo totalmente insano, y yo ya he empezado con la diarrea del Malarone. Dios aprieta, pero yo aprieto mas.
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