

El día comienza con un desayuno en la piscina, seguido de una horita en la hamaca en la playa.
Luego ha venido lo fuerte del día. A Oriol lo he dejado tostándose en la playa, que con tanto meneo de sitio aún tenemos al niño blanquito, y yo me he ido a por mi primera inmersión
Shark Point: Como su nombre indica tiburones. Aunque no muchos, solo un par y tampoco muy grandes. Eso si langostas, pulpos, tortugas (Bastante mas oscuras que las de Florida) y un montón de peces, todos grandes y que tenían escrito en letras: Cómeme!!!
Y después de un descansito la segunda inmersión. Esta vez si que ha venido Oriol. En el fondeado había una plataforma a 4 metros y el podía hacer snorkel mientras yo buceaba a mas profundidad.
Hawley: Una pecera tropical. Miles de peces de colores en escuelas, corales. Un disfrute. He estado casi una hora debajo del agua. Una gozada.
Antes que no se hiciera mas tarde hemos ido a ver el atardecer dando toda la vuelta a la isla (La vuelta se da en 1:30h parándonos mil veces a hacer fotos). Yo creo que es el decimo-quinto atardecer que vemos. Ya estoy aburrido. Solo que vemos atardeceres y amaneceres. Es de un romántico que da asco. Ya hasta he estado a punto de pedirle a Oriol que se casi conmigo. Eso si no han faltado las paradas para hacernos sesiones de fotos rollo Zoo-Lander. Esas fotos algún dia valdrán mucho dinero.
Esta noche cena sin grasa: Una langostita, unas gambas, y un pescado a compartir. Y luego para compensar que nos portamos bien unos cocktails en unas hamacas con musiquita en la playa. Si es que la vida del viajante es dura de cojones.
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